viernes, 12 de octubre de 2012

Al crematorio! Rquiem: la composición de hipnos para el fin de la literatura.



Rquiem de Víktor Ibarra es un poema sonoro. Un libro-cd, en su primera edición, con un ritmo musical que parece provenir de una misa negra. Esto que escucho ¿son palabras? Si lo son, parecen provenir de una lengua muerta. La voz parece estar distorsionada. En principio, parece que el texto está grabado al revés. Pero con el libro en la mano, las palabras se dicen una por una con un fraseo algo veloz, propiciado por lo corto de las mismas que casi tienen el mismo número de letras, líneas que semejan esos ejercicios para aprender mecanografía. Esto propicia un ritmo. La primera de 12 partes se llama Avstral, esta palabra se dice varias veces en esta primera sección y así pasa con las demás.
Presentación de Requiem de Viktor Ibarra. Foto: Alyna Nolasco

    El audio ayuda a comprender o a darle un sentido al texto, que parece creación del escritor que aparece en la película El resplandor de Stanley Kubrick. El libro también ayuda a entender que lo que escuchamos es lo que está escrito. Poesía abstracta en cuanto que no hay semántica a la cual asirse. Y, en cuanto a estar emparentada con las artes eólicas.
   Rquiem está inserto en la tradición de la poesía sonora que muchos han trabajado desde el dadaísmo pero que el autor le da una vuelta de tuerca al acercarse más a lo literario y hacer un distanciamiento con lo ambiental, fonético o noise como Mike Patton, por decir un ejemplo. Las palabras, aunque sin significados, lo anclan en el libro. Este da una idea de partitura, aunque no lo sea cabalmente. Nada aquí está en sus cabales.
   Resalto la complejidad del proyecto, de su concepto. Estas experimentaciones llevan sus propias reglas y una forma coherente de ser concebido (aunque pareciera un disparate). Aquí, la estructura se muestra en las diferentes partes de las que consta el libro. La grabación -digamos limpia- con la que se realizó, la forma, como dije, de coincidir el sonido con la palabra escrita. Las variantes en que se reproduce el texto, el armazón, la mancha de tinta, el margen justificado. La sintaxis oligofrénica.
   Así, Rquiem no deja de ser un juego que busca escandalizar. Al menos, sin buscar mucho, encontré cuatro programas de lectores automáticos de textos para reproducir en voz alta:  DSpeech 1.56.3, Talkin Translator Pro.1.9.2,  Moo Voice recorder 1.29 y Voice mail Compressor  2.20, pero es el uso de cualquiera de estos programa lo que lo convierte en otra cosa; por esto, también es un juego para iniciados, una broma, una burla a lo literario: la inflexibilidad de la locura. En ese sentido, es un poemario fascista como lo menciona su propio autor.  Ritual satánico o música para clones. En este tablero lúdico, todo está fuera de sus casillas.
   El lector o escucha se enfrenta al texto y transgrede la línea de la coherencia. El poema manifiesta una zona gélida de tropos y palpita la posibilidad de ser trastornados. Como el testamento del Dr. Mabuse, que hipnotizaba a quien lo leía y que había escrito de manera compulsiva desde el manicomio para cometer sus crímenes, este nuevo testamento ¿a qué incita, qué provoca? Como escribe Antonin Artaud: No tenemos nada que ver con la literatura (…) estamos totalmente decididos a hacer una revolución. 
   Rquiem se sitúa más allá de las jitanjáforas y es el gran extremo del VII Canto de Altazor. No hay que intentar dilucidar con los sentidos convencionales este libro. Sin prejuicios, se invita a escuchar la obra y percibir lo ininteligible, esta antinomia. Murmullo de vesania o continuo roer de la cucaracha kafkiana, es el fuera de aquí, el dónde, desde el cual se conmina a leer este poema extenso e intenso en el sentido de que puede reventarle los nervios a cualquiera: hipnotismo, lavado de cerebro.
   La vida está en otra parte, sentada en las rodillas de Ibarra. Este autor, alien o zombie, con estas especies de mantras hace una crítica al lenguaje como instrumento de comunicación, a la poesía gastada de decir lo mismo, a esos versos hologramáticos que vemos escritos en muchos libros de poemas. Rquiem es un código no descifrado, como los jeroglíficos o pinturas mayas que sólo podrían ser comprensibles bajo efectos de alguna droga enteogénica. No es la búsqueda de una semántica sino el exterminio de la misma, su destrucción masiva. El campo de concentración de la interpretación talmúdica, la purgación del idioma infectado, cámara de gases en que se ha sometido al entendimiento. Basca donde nadan trozos de todos los alimentos que se nos han sido dados y de todos los que, solos o en compañía, hemos masticado desde hace siglos. Este Rquiem fue compuesto para el entierro de la literatura.
   Texto neutro sin acento ni distinción de un origen. Interrogatorio y tortura. Víktor Ibarra lleva a cabo con las palabras lo que Octavio Paz sólo se atrevió a proponer en el fragmento IX de Trabajos del poeta… Llevado por el entusiasmo de los experimentos abro en canal a una, saco los ojos a otra, corto piernas, agrego brazos, picos y cuernos…hago picado lo redondo, espinoso lo blando, reblandezco huesos, orificios, vísceras y así creo seres graciosos y de poca vida.
   Hoy sueño un lenguaje de cuchillos y picos, de ácidos y llamas. Un lenguaje de látigos…un lenguaje guillotina…porque “no hay sitio para una palabra más”.
Avstral, Levolo, Aster, Karitas, Dntr, Nm, Kannon, Avstral, Astur, Karitas, Levolo, Lavidas, Volexj, Mnonittor, Karos…me dijo, el niño de la luna. 


Este texto lo leí en la presentación del libro el 10 de octubre de 2012 en el Museo del Chopo. También participaron Yaxkin Melchy y Javier Raya. Además, Viktor Ibarra realizó una preformance en uno de los patios del museo.

lunes, 1 de octubre de 2012

El fin de semana concluyó el Festival Internacional de Poesía en Voz Alta.12 con las participaciones de Ricardo Castillo, Edwin Torres, Hanne Lippard y Kously Lampko.



Hanne Lippard en Casa del Lago. Foto de Tere Ten
Hanne Lippard estuvo leyendo parte de su obra poética el sábado 29 por la tarde  a en el Museo Universitario del Chopo. Ella es una joven poeta de origen noruego que se hace acompañar de una caja de ritmos, cajita musical para crear con la lectura de sus poemas en lengua inglesa lo que ella hace llamar audiotipografía. Pero la melodía está dada por la musicalidad de las palabras y frases, los juegos con el lenguaje: los semánticos y sintácticos. Órbita fue el segundo poema que interpretó y el que contenía más carga musical, un poema que hablaba del sol, la tierra, los planetas y las relaciones humanas en íntima influencia. La voz suave y sin mucha intención o variedad era suficiente para la lectura de este poema. Timeandate.com es un poema minimalista donde como si fuera una página web va dando instrucciones de qué hacer y cómo ir a los diferentes sitios o enlaces de la misma, un poema muy al estilo de los ready made de Marcel Duchamp. Locus se lee al derecho al revés y después descomponiendo la sintaxis del mismo. Creando ritmos y sonoridades. Fue una presentación breve y sobria, Postismos, Ah ah ah ah ah ah mazonas y Procrastinación fueron lo otros tres poemas que leyó apenas media hora, muy adecuada para dejar en el público asistente muy buen sabor de boca. Un público por lo demás abierto a experiencias nuevas.
El poeta jaliscience Ricardo Castillo. Foto: Tere Tenorio


   Ese mismo día, alrededor de las seis y media comenzó la presentación de Ricardo Castillo en Casa del Lago, quien es un participante común en este tipo de festivales, su particular forma de entonar sus poemas le han dado mucha fama entre quienes frecuentan estos performances. Como en alguna otra ocasión, se hizo acompañar del guitarrista experimental Fernando Vigueras quien crea variados paisajes sonoros para la voz y los movimientos corporales del poeta de Jalisco. Limbo total es el nombre de la obra que presentó el autor del clásico libro de poemas El pobrecito Señor X. Pero el poeta se reinventa en su infancia continua. Los poemas abstractos, especie de jitanjáforas cobraban sentido con los movimientos dancísticos, como si fueran parte de una kata de Tai Chi o si escribiera los versos con su cuerpo en cursivas: Anuas luanda/ anuas luanda da la dara dansha/ anuas luanda da la vera stampa/ androshte bran yo ne  marva androshte bran yo ne marva. Sortilegio, palabras mágicas, cuerpo manuscrito que la voz llevaba de la mano, baile ritual, el poeta volvía a ser el marakame, ese creador de dioses quien contaba, a la tribu reunida alrededor, los secretos de la vida. ¿A quién se sirve cuando se danza? Se pregunta Castillo y sin esperar respuesta declara: se mata un tiempo con una pierna y se llega al lugar al siguiente paso.
   Posterior a Ricardo Castillo se presentó otro poeta de estirpe semejante: el estadounidense Edwin Torres, de ascendencia puertorriqueña y quien reside en Nueva York. Uno de sus poemas más celebrados por la audiencia fue Quería saludar a los salseros pero estaba muy despeinado donde habla del problema de la identidad, como lo muestran los siguientes versos: Ahí estaban aquellos hombres puertorriqueños de tradición/ entre 20 y 60 años de edad – muy bien vestidos con relojes de oro y sus comentarios ocurrentes./ y ahí estaba yo, sintiéndome fuera de lugar notando cómo se me resbalaban una y otra vez esos lentes míos tan poco puertorriqueños…/ Elaborando teorías sobre cómo uno encaja en un grupo, y no (…) y más adelante exclama ¡Pero la verdad es que soy el primero que no quiere encajar en ninguna parte! Otro poema que creó un ambiente cálido por la música de fondo y los videos de imágenes abstractas de colores primarios fue la paráfrasis a la canción de Los Beatles Across the universe.

Edwin Torres en su presentacion en Casa del Lago. Foto Tere Tenorio
    Como muchos poetas en sus textos hay la referencia al lenguaje como en el poema titulado Maestro Atardecer: un poema de amor al alfabeto: Alfabeto, vieja dama,/ ¿me concederías derramar sobre ti Ardían celestial, un baño de antiguas sílabas?/ Pues en tu sizilogía desnuda hay un origen desconocido./ Sécate con toalla y al sol mientras/ las piezas de la cabeza de una abuela resuellan en un sollozante murmullo. En algunos momentos invitó a entrar al estado poético, ese jardín dentro del jardín que menciona Cioran, al envestirse, con un velo negro atado a la cintura, en una especie de sacerdote y hacer girar una lata amarrada a una cuerda en círculos muy lentamente mientras se escuchaba una grabación con el poema Tempestad, dicho en diferentes idiomas. Luego, usando una grabadora portátil se le vio danzar al ritmo del poema sonoro que salía del aparato. En total, fue una hora de lectura y ceremonia de la palabra. El público asiduo a este festival salió muy a gusto de lo que escuchó y vio, experiencia multisensorial, a la que está acostumbrado a participar.
El poeta africano Kously Lampko. Foto Tere Tenorio
   Hanne Lippard se presentó una vez más el domingo 30 de septiembre en Casa del Lago y el festival cerrró con la lectura de poemas del poeta Kously Lampko originario de Chad quien se hizo acompañar de un ensamble compuesto por un violonchelo, flauta, ollas, oudou y balafou entre otros instrumentos étnicos y las composiciones estuvieron a cargo de Zango Cándido Salomaon; para dar forma a Polvo de vida. Esta obra consta de alrededor de 19 poemas de los cuales algunos fueron cantados en el idioma original, pero la mayoría los leyó el poeta en español. Los primeros hablaban de la opresión del pueblo y de la libertad. La segunda parte constaba de poemas que hablaban de la naturaleza y de las cosas sencillas de la vida en aquellas regiones rurales. Todo esto estuvo apoyado por videos donde se representaba una obra de teatro con danza y algunas fotos de mujeres cultivando guisantes en Burkina Faso.
   Después de estas últimas presentaciones se ofreció un cóctel presidido por la directora de la Casa del Lago Julieta Jiménez Cacho, los curadores del Festival José Luis Paredes Pacho, director del Museo Universitario de El Chopo, Phillipe Ollé Laprun y Luis Felipe Fabre y donde los participantes convivieron con los poetas mexicanos de otros festivales anteriores y con algunos de los asistentes. Por último, quiero agradecer a la jefa de prensa Raquel Montes Castro por el apoyo brindado, así como a Héctor Flores, Martha Alfaro y al staff técnico de Casa del Lago por sus atenciones.
  

domingo, 30 de septiembre de 2012

A+C = Rock y poesía en Casa del Lago y Museo del Chopo. Festival Internacional de Poesía en Voz Alta.12




Alonso Arreola, bajo y Mardonio Carballo poemas. Foto: Casa del Lago

   El poeta en lengua indígena Mardonio Carballo comienza diciendo los versos del poema Cielo y mar. En la pantalla se proyecta una película de rumberas donde aparece Ninón Sevilla bailando y de repente comienza la música: la batería y el bajo de los Arreola se animan con una cadencia que remite al danzón, al son montuno, un ritmo cachazudo y sexual. Al mismo tiempo, la película se ve en cámara lenta las bailarinas toman el ritmo de la música, mientras el poeta Carballo va diciendo Las horas perdidas, que los ojos de cierta mujer son como un par de aceitunas negras…durante esos cinco minutos o seis que dura la canción entramos en éxtasis, la sangre corre de un lado a otro sin saber a dónde ir y el olfato parece recordar un aroma que se escapa volando. La rumbera mueve sus piernas y sus caderas porque su corazón se mueve solo, sensual y pegadito, agitándose en el deseo. Uno quisiera que esta sensación durara para siempre pero la música, como comienza, finaliza. Todavía estamos aquí en la tierra, pero diferentes.
   Así es la presentación de A+C, distinta: la poesía en náhuatl de Mardonio Carballo sencilla y natural contrasta con el barroquismo de Alonso Arreola, juntos experimentan al mezclar estas dos ideas opuestas pero que se trenzan para formar la cola de una mariposa, de un papalote. Todo comienza con el zumbido naranja de un aerófono rotativo y con los versos de Detente de Sor Juana: Si al imán de tus gracias, atractivo,/ sirve mi pecho de obediente acero,/ ¿para qué me enamoras lisonjero/ si has de burlarme luego fugitivo? Suena la batería y la jasperbridge guitar, para que sea luego el bajo quien guíe toda la pieza y el concierto mismo. La primera obra es una especia de rapsodia, Carballo dice sus poemas con energía y con la voz rasposa mientras en la pantalla se ve el título Ya y se ve a Mardonio haciendo uso del megáfono para crear un efecto de voz: Nos estamos desangrando se lee en la pantalla tanto en español como en náhuatl. Si se comienza con un sonido de tambores que semejan un teponaztle, luego todo el equipamiento de la batería se escucha de forma potente cambiando los ritmos una y otra vez.
   La siguiente canción es un homenaje a Bola de nieve, Vete de mí. Que no es ni balada ni muy respetuoso homenaje a decir del propio Arreola, aunque en la pantalla se ve a Bola de Nieva tocando el piano. Maredonio y Chema desaparecen del escenario momentáneamente, para dar paso a un solo de bajo donde Alonso hace alarde de su virtuosismo, de su digitación, no sin antes hacer unos carraspeos ante el micrófono, al final comenta que después de todo: los años encerrado en un cuarto sirvieron para algo. Continuaron con un hip hop, la pantalla comienza a escurrir chorros de lo que aparenta ser sangre y se lee en letras grandes y rojas los diferentes tipos de sangre ¿Sabes tú cómo está tu sangre? No más sangre en el concierto en Casa de Lago fueron acompañados por dos hiphoperos, pero en el Museo del Chopo Chema Arreola la canta solo y juega con su sombra que se proyecta en una de las mamparas. Termina por sentarse de nueva cuenta sobre el banco de la batería y comienza un rock muy emparentado al progresivo. Cuando vuelve Carballo, Alonso lo deja no sin antes programar un funky que sirve de sábana sonora para el poema sobre los 90 mil muertos que ha habido en este sexenio. ¿Cuánto peso un muerto? Cuántos pesarán 90 mil? pregunta Carballo y hace alusión a la sensación popular de cuando se nos sube un muerto, ese muerto ¿cuánto pesa? Chema lo acompaña en la batería.
   Para finalizar interpretan Sabotaje, un homenaje a los Beasti Boys: No creas todo lo que te dicen: la revolución no va a ser televisada y terminarán por cortate el pelo.
   Alonso Arreola y Mardonio Carballo, acompañados por Chema Arreola, fueron los únicos mexicanos que repitieron sus presentaciones en las sedes principales del Festival internacional de Poesía en Voz Alta.12 Tanto en Casa del Lago, miércoles por la noche, como en el Museo Universitario del Chopo, ayer sábado por la tarde, el público fue en su mayoría jóvenes que hicieron ver repletos a ambos foros. Hubo quienes comentaron que el del Museo del Chopo estuvo mejor que en Casa del Lago, pero eso es cuestión de gustos. En el video se muestra la interpretación de Cielo y Mar o Las horas pedidas.


viernes, 28 de septiembre de 2012

Los zombies sueñan con Operaciones de Konrad Becker. Festival Internacional de Poesía en Voz Alta.12



Konrad Becker, foto cortesía de Casa del Lago de la UNAM.
Ayer  en el Museo de El Chopo y el miércoles en Casa de Lago, se escuchó la propuesta de electropoesía del poeta austriaco Konrad Becker y Sela, dentro del marco del Festival Intenacional de Poesía en Voz Alta.12 que organiza desde hace ocho años la UNAM.
   Luces cintilantes, humo en el escenario,  imágenes que pasaban veloces sobre la pantalla acompañaban el ritmo vertiginoso proveniente de la computadora que manejaba ese hombre que parecía salir del mismo gabinete del Dr. Caligari, mientras se escuchaba la voz delgada de la mujer joven y se leía, en una pantalla, las palabras de este poema extenso titulado Operaciones. Todo parecía conformado para arrullar al feto alimentado con drogas sintéticas y que se gesta en el útero de una cyborg .
   Al principio, el sonido alto, las imágenes que se desplegaban rápido y la lectura del  texto que iba diciendo Sela, aturdió a un público que estaba impactado. Se puede comprender esta confusión al saber que Operaciones es un drama de fantasmas moderno, donde tienen cabida el despertar de los monstruos, mundos fantasmales, se evidencia el poder de los medios sobre la materia, donde aparecen los teatros de la posesión, se habla de secretos abiertos, se muestra la dupla de el sonido y silencio y de donde de manera esperanzadora se canta el génesis de la rebelión y la liberación de los espíritus.  Operaciones de Konrad Becker, especie de blade runner poético, mezcla lo gótico con lo cibernético, cierta estética del expresionismo alemán, la pornodernidad y la música electrónica con un discurso posmoderno: La identidad híbrida androide,/ opera a través de los dominios/de la carne y la máquina/ cruzando sistemas/ de tecnología y género. En una pantalla se lee La metafísica de los burros (free the spirits); en el fragmento de Sonido y silencio Sela dice, mientras baila de una manera anodina: El control social se basa en callar/ Silenciando no sólo voces sino también mentes/ en vez de incitar idiosincrasias neuróticas/ Los cuentos de la Cripta/ evocan patrones de depresión./ Los zombis nunca hablan/ cuando los muertos leen/ se ponen de pie y caminan. Parecía que de un momento a otro se podría ver aparecer al clon de dios o a su doppelgänger.
   Casi una hora duró este espectáculo multimedia que más parecía propio de un antro sórdido o escenario ideal para una película de Cronemberg.  Y que el público aplaudió, inclusive se escucharon algunos bravos por parte de los jóvenes que llegaron a presenciar la performance poética. 


martes, 25 de septiembre de 2012

Música y poesía en el Festival Internacional de Poesía en Voz Alta.12: André Velter y Septeto de Ramón Gutiérrez



El sábado 22 de este mes el poeta francés André Velter se hizo acompañar de Gaspar Claus, en el violonchelo. Su participación comenzó con la lectura en español de un Palmo de Ventaja leído por la traductora de los mismos Yael Weis un poema extenso que habla sobre el hacer del poeta y de donde destaco algunas frases como aforismos: la poesía es un sobresalto de adolescencia para siempre (…) La poesía se burla del tiempo (…) y No existen imperios si no es en nuestras manos.         
   La influencia de la poesía española se hizo notoria en la interpretación de Nada y Rojo, Para ti Federico, dedicada a García Lorca y El buzón de Machado, poema basado en hecho real de las cartas que le llegan al poeta español en su tumba donde se ha puesto un buzón, todos los días se recogen las cartas que los lectores admiradores del poeta dejan al visitar el cementerio de Colliure : El buzón sobre tu tumba es un permanente desafío/ A los sueños motines confesiones/ enviados por correo activo. Para El buzón de Machado, el chelo de Claus dejaba salir una tonada muy nostálgica que se entretejía cadenciosamente con los versos de Velter y los recuerdos de los de Machado. Fueron catorce poemas los que leyó André Velter, además de los mencionados: Planisphére, Dernière peau, L’Atilleur d’ Orion que con el chelo haciendo un crescendo repetía la frase No salten, no salten y que algunos asistentes comenzaron a corear; Poésie funabule, C’est en cela, A main nues, Hors de tout, Viatique de chevalier errant, Oû va monsiur y Quel royaume.  
   Si bien en algunas ocasiones la música se puede comer la lectura de los poemas en esta ocasión el balance y el equilibrio entre uno y otro fueron justos. El también francés Gaspar Claus, es un violochelista exquisito que supo entramar las notas de su música  perfectamente con el hilo de los versos de André velter creando una atmósfera placentera, como dice una de las estrofas de A manos desnudas: Hay tantos Hay tantos hilos por reanudar en el aire/Que la respiración hace cuerpo con el vacío/ Nos acercamos sin temor a un cielo negro/ Que está lleno de murmullos/como las calles de una ciudad. 





   

  Por otro lado, una de las apuestas que ha hecho el Festival de Poesía en Voz Alta es considerar a la poesía popular como parte importante de esta muestra, sobre todo considerar las letras de canciones como poemas. Así, se ha podido disfrutar de las canciones cardenches, como del son jarocho.
   El domingo, por la tardecita noche, estuvo de agasajo con el grupo Septeto de Ramón Gutiérrez, quien fuera también integrante de Son de madera y quien toca el requinto, la mandolina, canta, está a cargo de la dirección del grupo y es autor de los poemas que escuchamos. El grupo termina de integrase con Stephanie Delgado, voz. Darío Moreno, violín. Juan Domingo Rogel, cajón, guitarra barroca. Santiago Gutiérrez, 2do cajón, hijo de Ramón. Donají Esparza, bailadora. Miguel Cicero, Piano. Aleph Castañeda, Bajo y quien tiene una larga trayectoria dentro del jazz y como participante de otros proyectos semejantes donde se combina la música con los poemas. Además, un saxofón que en ocasiones sonó muy pinkfloydeano. En principio, porque, aunque se insertan en la tradición del son jarocho, los arreglos de Septeto tienden al jazz y la selección de instrumentos: mandolina, guitarra barroca, el piano proponen un recorrido distinto al que pudiera invitar un grupo tradicional de son. Cadencia antillana, zapateado muy español y en algunas ocasiones la música con cierta influencia árabe y de rock. No me asusta morir, solo lamentaría no poderte decir las cosas que me haces sentir para morir en paz, no me atormenta romper tu intimidad a cambio de saber que existo recordándote el día que deje de existir, se oye en una de las piezas que canta Ramón.  En verdad, fueron alrededor de una hora de ricas sonoridades, una velada elegante que las personas que llenaron por completo el foro de Casa Del Lago aplaudieron a rabiar, haciendo que el grupo se decidiera a echarse otra, y que fue El amanecer que es una de las clásicas del repertorio de Son de madera.

Aquí, dos ejemplos de su poesía:

De colores niña hermosa
la tierra te dibujó
Con la ciencia milagrosa
y un suspiro que surgió
De la escencia de una rosa.


Niña de mi alma
lucero hermoso 
de amanecer
Botón tiernito
donde la calma
te ha convertido 
en bella mujer 

*
Yo soy marinero
De amores y rimas,
Soy el aguacero
Entre la neblina
Claro jardinero
De la flor divina
Agua del venero
Que nunca termina.

Que nunca termina
Agua del venero,
De la flor divina
Claro Jardinero
Entre la neblina
Soy el aguacero
De amores y rimas
Yo soy marinero.



  



lunes, 24 de septiembre de 2012

La poesía, el humor y lo lúdico de Jaap Blonk en el Festival Internacional de Poesía en Voz Alta.12




Los espectadores, que colmaron el foro de Casa del Lago el sábado por la noche y el auditorio del Museo Universitario del Chopo el domingo al mediodía, no paraban de reír ante la sorpresa y el asombro por la obra que ofreció el poeta holandés Jaap Blonk.
   La poesía es un arte eólico y la voz es su herramienta fundamental. Esta frase parece ser el motivo principal para las creaciones que ofreció este artista sonoro a la audiencia. Además, la sentencia dadaísta que reza que lo que importa son las letras y no las palabras.
   Blonk dio, de forma sutil, un breve recorrido por la historia de la poesía sonora al interpretar trabajos de Hugo Ball, Antonin Artaud, Raoul Hausmann, Kurts Schwitters e incluso del compositor minimalista John Cage.
   Comenzó con Caballitos de mar y peces voladores del anarquista y poeta Dadá Hugo Ball. Siguió con una obra propia que según sus palabras No estaba escrita en el idioma de los países bajos sino del país de abajo, haciendo un juego con el nombre como es conocido también el país de Holanda: suena a holandés, pero no tiene nada de significación, concluyó para comenzar el concierto de sonidos extraordinarios y sumamente variados que hace con la boca y su aparato fonador, pero también con la nariz. A esas palabras inventadas, jitanjáforas las nombró Alfonso Reyes, que iba pronunciando, las acompañaba con gestos, entonaciones e intenciones que las proveían de sentido. En verdad, iba leyendo en unas especies de partichelas los signos de este lenguaje inventado y que terminaba por provocar la hilaridad del público asistente. La siguiente pieza sonora fue, según él mismo un beep bop y la cual me recordó el trabajo que hace Mike Patton cuando interpreta a John Zorn. No bien terminaba ésta comenzaba a repetir la frase El ministro deplora tales observaciones cambiando, conforme la iba repitiendo, una parte de la frase por un sonido. La audiencia seguía riéndose y celebrando cada uno de los poemas que iba leyendo Blonk, quien con su actuación hacía que la poesía recuperara su carácter lúdico y que los escuchas se olvidaran un poco de la razón. Fue entonces cuando presentó las obras de tres artistas que lo han influido: Pesadilla, de Raoul Hausmann; 4.33, de John Cage, en donde se pudo escuchar la tos de gente del público, algunas risitas y el sonido de un avión que pasaba.; y That’s what  I try to say que acompañaba con un aparato para hacer ruidos como de ondas de radio. Esta primera intervención terminó con dos poemas dedicados Antonin Artaud poeta surrealista quien vivió en México por algunos años y que tiene escrito un libro sobre la cultura tarahumara: Homenaje a Artaud y A.A. 2008 y cerró Chick Sinthetizer que interpretó con la ayuda de dos micrófonos y que basaba en los sonidos de sus mejillas al jalarlas y moverlas con la boca y las manos. 


  
 Para el día siguiente, Jaap Blonk realizó algunas variantes en El Chopo. Comenzó desde el fondo del auditorio con un poema sonoro basado en la cultura africana, causando de entrada la sorpresa del público. Siguió con Kurt Schwitters y su poema B what a b What a beauty que leyó al derecho y al revés puesto que “un poema leído al revés sigue siendo un buen poema”. Leyó su Estudio fonético sobre la letra R puesto que es una letra pronunciada de diversas formas en el mundo y pone como ejemplo cómo se pronuncia en francés, inglés y español. Dijo otro poema que estaba inspirado en el nombre del Popocateptl que contenía mucho ritmo, un poema mucho más musical y no sólo onomatopéyico. Y contó el cuento De paseo, traducido al español, donde hace un sutil juego con el sonido de ciertas palabras y al repetir el título De paseo como si fuera un coro o estribillo; cuando lo dice, cambia el tono sea triste, contento o problemático, dependiendo de la parte del relato. En esta ocasión también presentó varios videos entre los que resaltaron Canción para los cubistas, Una historia de amor: donde se ven las palabras tú y yo persiguiéndose sobre la página de la computadora sin alcanzarse. Y algunos otros donde son los sonidos los que generan la animación o al revés: la animación provoca los sonidos.
   Cabe resaltar la técnica de respiración de Jaap Blonk la cual es sorprendente para emitir, sacar sonidos rinolaringeos, guturales, sin esfuerzo alguno, sin lastimarse la garganta; su capacidad del manejo de micrófono también ha de ser valorada pues, a pesar de todas las onomatopeyas y sonidos extraños que emite en ninguna ocasión se oyó un “popeo” o algo semejante (cosa que ocurre a menudo con quienes hacen uso del micrófono). 


   Jaap Blonk anunció, al finalizar su presentación, que estará impartiendo una Conferencia magistral en la UVA a las 17:00 horas hoy lunes y el miércoles interpretará una sinfonía en el Claustro de Sor Juana a las 20:00 horas. La entrada a estas actividades es gratuita.

domingo, 23 de septiembre de 2012

Eduard Escoffet y John Giorno en el Festival Internacional de Poesía en Voz alta.12



Este fin de semana se presentaron los poetas Eduard Escofet de Cataluña y el norteamericano John Giorno en el marco del Festival Internacional de Poesía en Voz alta.12. El viernes por la noche, en Casa del Lago y el sábado al mediodía en el Museo Universitario del Chopo de la UNAM. Ambos artistas de la palabra hicieron sus performance ante un público numeroso que ya espera la realización de este festival año con año.

   Eduardo Escoffet (Barcelona, 1979) es un poeta sonoro y performancero que hizo las delicias de quienes asistieron a estas sesiones y que en palabras de algunos de ellos fue muy divertido. Comenzó su participación con un poema sonoro titulado Film, que es una invitación a entrar en la sala oscura de algún teatro. Siguió con un poema de amor denominado Pasar de todo que primero leyó en catalán para posteriormente y mediante una grabadora de las denominadas de reportero, dar paso a una voz femenina que repetía el poema en español. El poema intenta evidenciar la distancia justa que necesitan las parejas en sus relaciones afectivas y la repetición de la frase cuando te veo; cuando no te veo le da ritmo al poema: Cuando te veo esta luz esta cegadora luz da vueltas; cuando no te veo esta luz esta cegadora luz da vueltas.  Siguió con dos poemas Poema Idealista y Oh Poema de Felipe Bosso, poeta poco conocido pero que él reconoce como una de sus influencias. Para leer Miedo hizo uso de dos grabadoras que de igual forma con sonidos entrecortados y frases aisladas creaban un fondo acústico para que leyera el poema Miedo [Por, (se pronuncia po) en catalán] el cual muestra el humor como uno de los elementos esenciales de sus textos: miedo a ser un fiel padre/ miedo a ser un progenitor y amar hasta el extremo a su dulce criatura/miedo a ser una madre servicial (…) miedo a ser madre y no poder encajar la pistola cuando el hijo llega con el uniforme manchado. Leyó un poema de Joan Brossa, poeta catalán también y uno de los artistas más representativos de la poesía visual; para luego, hacer una explosión muy divertida del lenguaje con una lectura política y que es difícil de comentar aquí su manera de interpretarlo. La explicación que cuenta Escoffet es la siguiente: A partir del atentado del 11 de septiembre en España y a un año de los sucesos el periódico italiano La República dedica su número a recordar dicho evento. El poeta entresaca frases y palabras del diario para formar el poema y usa, como palabras también, los signos de puntuación: el punto y las comillas. Lee el poema con el periódico abierto enfrente de su cara. El público se ríe y aplaude como lo ha hecho con los otros poemas. Para finalizar su lectura actuación, con el acompañamiento de una sábana sonora que repetía parole en voz del poeta Paul Celan y reproducía la descomposición de la misma, se puso unos lentes que tenían tapados los cristales con papel periódico, en las manos una página doble del mismo que comenzó a cortar en tiras y metérselas a la boca sin terminar de comérselas, con un movimiento algo robotizado de la cabeza que giraba a derecha e izquierda. Las carcajadas no se hicieron esperar. Los asistentes lo despidieron con bravos y aplausos. 



   El turno fue para John Giorno, un viejo y experimentado poeta, que estuvo en la vanguardia norteamericana del porp art en los años sesenta y quien ha seguido manteniendo una activida a través de 50 años. Su presentación fue sobria, pero no por eso menos celebrada. Vestido con camisola y pantalón oscuros e iluminado desde arriba por luces blancas, proyectaba un aura muy especial, puedo decir que resplandecía. Sus poemas como La sabiduría de las brujas y Había un árbol malo son especies de cuentos de hadas, lo que llama Pavese la imagen relato, para crear el efecto poético. La influencia oriental, budista-zen, se refleja en la mayor parte de los poemas que dijo como con los que inició: Bienvenida a las flores y Todos obtenemos más luz.  Pero sobretodo, sobresalieron en su presentación dos textos: los fragmentos de un poema extenso dedicado a la muerte de su amigo William Burroughs y Gracias por nada, poema escrito para su aniversario número setenta. En el primero, habla sobre lo maravilloso que fue la experiencia de estar en el momento de la muerte del escritor del Almuerzo desnudo, una tranquilidad que sobrepasa el entendimiento, en una parte; en la otra, cómo se eligió la vestimenta con la cual Burroughs fue enterrado: la camisa que más le gustaba, el revólver calibre .38 que no dejaba ni para dormir, los zapatos negros que usaba en sus lecturas, el sombrero que siempre se ponía, y un churro de marihuana. Un poema revelador e inmenso por su ternura. Y en Thanks for nothing agradece todo lo que ha recibido durante su vida, cada uno de sus amantes, menciona a algunos, pero agradece a todos y dice que si fuera posible se los daría a quien lo escucha y que igual podrían hacer el amor con ellos si quisieran, claro. Al final, en la muerte, te encuentras con el amor de tu vida, tú mismo, con tu propia mente. No hay ninguna nostalgia, dice. Todo eso ya pasó y no le gustaría que volviera a pasar. Le da gracias a Norteamérica por nada, porque no le dio nada y gracias a eso puedo ser quien es. Aún cuando los poemas fueron dichos en inglés, Giorno tiene una dicción estupenda y se comprendía claramente todo para quienes dominan el idioma. De cualquier forma, para quienes no lo hablan , su forma pausada, su respiración tranquila, el ritmo con que los decía, el sonido de las palabras fue una grata experiencia que colmo de paz. Que no es otra cosa lo que desea este poeta con sus creaciones. El público nurtrido en ambas sesiones salió muy contento. 



  Al mediodía de hoy domingo (13:00 horas) en el Museo Universitario del Chopo se presentan  Koulsy Lamko y Jaap Blank, quien estuvo ayer por la tarde en casa del Lago junto con André Velter y Gaspar Claus y que comentaré en una entrega posterior. También el día de hoy, pero en Casa del Lago se presentan Ramón Gutiérrez, el de Mono Blanco, con el grupo Septeto y la poeta zoque Mikeas Sánchez (18:00 horas).