lunes, 19 de marzo de 2012

Es que soy de Veracruz: Lolita

Lolita, la protagonista de la famosa novela de Vladimir Nabokov fue concebida en Veracruz. Lo que me hace pensar que el escritor ruso exiliado en Estados Unidos debió pasar una temporada en el Puerto. Por eso la ninfuela, personaje principal, posee ese carácter juguetón y provocativo. Quien conozca el puerto y sepa del carácter festivo y cachondo de sus habitantes le parecerá algo lógico que, quien haya sido concebida en tal lugar, tenga una carga erótica exacerbada. Pienso en Agustín Lara y Enrique Vila-Matas ¿qué tendrá el puerto que todos quieren ser de aquí?
   Vamos por partes, ¿dónde dice en la novela que Lolita fue concebida en Veracruz? En mi edición de Lolita (colección Obras maestras del siglo XX. Origen, Seix Barral, edición de 1984), en la página 52, dice el cuarto párrafo:
Protagonista: Humbert el Canturreador. Época: la mañana de un domingo de junio. Lugar un cuarto soleado. Detalles: un viejo escritorio americano, revistas, un fonógrafo, chucherías mexicanas (el difunto Harold E. Haze –Dios lo bendiga- había engendrado a mi amada en la hora de la siesta, en cuarto azulino, durante su luna de miel en Veracruz, y en la casa entera había recuerdos, entre ellos Dolores).
   Nunca antes un paréntesis se había vuelto tan significativo. En él quiero leer la génesis de la novela. Y no es tan banal porque en la versión cinematográfica de Stanley Kubrik se hace referencia a este pasaje, aunque no se menciona al puerto de Veracruz.  Pienso que todas las novelas tienen cosas autobiográficas, algunas muchas, hasta volverse autoficción (Cuando la esposa, mamá de Lolita, descubre su diario, Humbert Humbert argumenta que son notas para una novela). La primera pregunta que me sugiere este párrafo, este paréntesis, es ¿por qué elige a Veracruz para el lugar de concepción de su protagonista? La respuesta parece hasta un tanto obvia, Nabokov debió pasar unas vacaciones, o en algún momento de principios de los treinta debió estar en el Puerto. ¿Cuáles son las chucherías mexicanas a las que se refiere?  Es de llamar la atención que sólo diga Veracruz como si fuera un punto de referencia natural. Dice Nabokov que la chiquita Nació en 1935, (página 29). En aquel entonces, Veracruz era una pequeña ciudad portuaria y romántica. Había la aduana, la estación de trenes, lo que se llama el recinto portuario, Villa del Mar y los portales con sus diferentes hoteles como el Imperial. También, existían los zopilotes que se comían la suciedad de los canales del desagüe, haciéndola de servicio de limpia pública. Y no sólo debió pasar una temporada sino que aquí debió habérsele ocurrido la historia para su novela. Si el padre de Lolita engendra a la protagonista ¿no es una forma de ocultar mostrando que Nabokov concibió la novela en el Puerto? ¿No es curioso que los nombres tanto del padre como autor de estos recuerdos coincidan en la primera letra, incluido el apellido (Humbert Humbert-Harold Haze? Haciéndonos deducir que Nabokov es ambos. O haga referencia a la heroicidad de la ciudad. A mi me parece bastante lógico. No sólo los recuerdos de ese viaje estaban en el escritorio sino en toda la casa. La hora del día, de mañana, el día, domingo, el mes, junio, el cuarto soleado como la habitación donde fue concebida la niña, ¿no son parte de esos recuerdos del puerto? La misma Dolores es un recuerdo, dice Nabokov.
   Imagino al ruso caminando por el muelle, o por los portales, viendo a las veracruzanas correr y juguetar con el sol de las tres de la tarde (la hora de la siesta). O puede que, desde su habitación del hotel Imperial, un cuarto azulino, veía a las pequeñas jarochas apenas coyoleando. Lo imagino, maravillado, ante una de estas pequeñas y retirarse del balcón y apuntar en su cuaderno: Lolita, luz de mi vida, fuego de mis entrañas. Pecado mío, alma mía Lo-li-ta. Con ese nombre encantador, lírico y melodioso nombra al puerto de otra manera.  Porque el mismo Nabokov lo dice, a mi no me queda duda, Lolita es un recuerdo de Veracruz.

jueves, 15 de marzo de 2012

Tres textos breves

Física del lenguaje
El habla común va acompañada de gestos y movimientos para hacerse comprender. Las palabras del poema, padecen la ausencia de estos gestos y movimientos (a pesar del ritmo, del sonido, los puntos y las comas y las rimas: física del lenguaje le llama Valèry), pierden sentido. Cuando se lee el poema en voz alta, cualquier texto,  su lector se vuelve un intérprete. Agrega eso que el escrito necesita para su comprensión. Las palabras acompañadas de movimiento, aspavientos, gestos, son la música de esa coreografía que se crea durante el habla. Para mí, esa es la verdadera física del lenguaje. Por eso, la lectura en voz alta de un poema se transforma en baile.

Escaleras
La escalera es una metáfora del lenguaje, es el lenguaje. Subimos por ella al silencio y descendemos por ella a los equívocos. Babel es una escalera que nos muestra la imposibilidad de comprendernos. No es que todos hablemos idiomas distintos sino que las interpretaciones de aquello de lo que hablamos son infinitas. Cada quien entiende lo que quiere. Nos hacemos de oídos sordos.

La mirada
Lo mejor de mi infancia y adolescencia era esa mirada de odio que lanzaba ante algunas conductas de mis padres hacia mí. Las consideraba todo un éxito. A veces ensayada frente al espejo del baño, con ella lograba el efecto de hacerlos sentir temor. He dejado esa mirada atrás. Hace tiempo que no la hago. Pero me vino a la mente por un texto de Vila-Matas: La mirada impasible sobre el actor Clint Eastwood. Y al estar pensando en esto recuerdo la mirada de Paulo, mi hijo, la otra noche ante alguna conducta mía hacía él. El mismo odio acechante. Pero sé de dónde proviene ese gesto adusto y se diluye: no es peor Kafka que su padre, a pesar de esa mirada de murciélago.