jueves, 15 de marzo de 2012

Tres textos breves

Física del lenguaje
El habla común va acompañada de gestos y movimientos para hacerse comprender. Las palabras del poema, padecen la ausencia de estos gestos y movimientos (a pesar del ritmo, del sonido, los puntos y las comas y las rimas: física del lenguaje le llama Valèry), pierden sentido. Cuando se lee el poema en voz alta, cualquier texto,  su lector se vuelve un intérprete. Agrega eso que el escrito necesita para su comprensión. Las palabras acompañadas de movimiento, aspavientos, gestos, son la música de esa coreografía que se crea durante el habla. Para mí, esa es la verdadera física del lenguaje. Por eso, la lectura en voz alta de un poema se transforma en baile.

Escaleras
La escalera es una metáfora del lenguaje, es el lenguaje. Subimos por ella al silencio y descendemos por ella a los equívocos. Babel es una escalera que nos muestra la imposibilidad de comprendernos. No es que todos hablemos idiomas distintos sino que las interpretaciones de aquello de lo que hablamos son infinitas. Cada quien entiende lo que quiere. Nos hacemos de oídos sordos.

La mirada
Lo mejor de mi infancia y adolescencia era esa mirada de odio que lanzaba ante algunas conductas de mis padres hacia mí. Las consideraba todo un éxito. A veces ensayada frente al espejo del baño, con ella lograba el efecto de hacerlos sentir temor. He dejado esa mirada atrás. Hace tiempo que no la hago. Pero me vino a la mente por un texto de Vila-Matas: La mirada impasible sobre el actor Clint Eastwood. Y al estar pensando en esto recuerdo la mirada de Paulo, mi hijo, la otra noche ante alguna conducta mía hacía él. El mismo odio acechante. Pero sé de dónde proviene ese gesto adusto y se diluye: no es peor Kafka que su padre, a pesar de esa mirada de murciélago.

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