martes, 25 de septiembre de 2012

Música y poesía en el Festival Internacional de Poesía en Voz Alta.12: André Velter y Septeto de Ramón Gutiérrez



El sábado 22 de este mes el poeta francés André Velter se hizo acompañar de Gaspar Claus, en el violonchelo. Su participación comenzó con la lectura en español de un Palmo de Ventaja leído por la traductora de los mismos Yael Weis un poema extenso que habla sobre el hacer del poeta y de donde destaco algunas frases como aforismos: la poesía es un sobresalto de adolescencia para siempre (…) La poesía se burla del tiempo (…) y No existen imperios si no es en nuestras manos.         
   La influencia de la poesía española se hizo notoria en la interpretación de Nada y Rojo, Para ti Federico, dedicada a García Lorca y El buzón de Machado, poema basado en hecho real de las cartas que le llegan al poeta español en su tumba donde se ha puesto un buzón, todos los días se recogen las cartas que los lectores admiradores del poeta dejan al visitar el cementerio de Colliure : El buzón sobre tu tumba es un permanente desafío/ A los sueños motines confesiones/ enviados por correo activo. Para El buzón de Machado, el chelo de Claus dejaba salir una tonada muy nostálgica que se entretejía cadenciosamente con los versos de Velter y los recuerdos de los de Machado. Fueron catorce poemas los que leyó André Velter, además de los mencionados: Planisphére, Dernière peau, L’Atilleur d’ Orion que con el chelo haciendo un crescendo repetía la frase No salten, no salten y que algunos asistentes comenzaron a corear; Poésie funabule, C’est en cela, A main nues, Hors de tout, Viatique de chevalier errant, Oû va monsiur y Quel royaume.  
   Si bien en algunas ocasiones la música se puede comer la lectura de los poemas en esta ocasión el balance y el equilibrio entre uno y otro fueron justos. El también francés Gaspar Claus, es un violochelista exquisito que supo entramar las notas de su música  perfectamente con el hilo de los versos de André velter creando una atmósfera placentera, como dice una de las estrofas de A manos desnudas: Hay tantos Hay tantos hilos por reanudar en el aire/Que la respiración hace cuerpo con el vacío/ Nos acercamos sin temor a un cielo negro/ Que está lleno de murmullos/como las calles de una ciudad. 





   

  Por otro lado, una de las apuestas que ha hecho el Festival de Poesía en Voz Alta es considerar a la poesía popular como parte importante de esta muestra, sobre todo considerar las letras de canciones como poemas. Así, se ha podido disfrutar de las canciones cardenches, como del son jarocho.
   El domingo, por la tardecita noche, estuvo de agasajo con el grupo Septeto de Ramón Gutiérrez, quien fuera también integrante de Son de madera y quien toca el requinto, la mandolina, canta, está a cargo de la dirección del grupo y es autor de los poemas que escuchamos. El grupo termina de integrase con Stephanie Delgado, voz. Darío Moreno, violín. Juan Domingo Rogel, cajón, guitarra barroca. Santiago Gutiérrez, 2do cajón, hijo de Ramón. Donají Esparza, bailadora. Miguel Cicero, Piano. Aleph Castañeda, Bajo y quien tiene una larga trayectoria dentro del jazz y como participante de otros proyectos semejantes donde se combina la música con los poemas. Además, un saxofón que en ocasiones sonó muy pinkfloydeano. En principio, porque, aunque se insertan en la tradición del son jarocho, los arreglos de Septeto tienden al jazz y la selección de instrumentos: mandolina, guitarra barroca, el piano proponen un recorrido distinto al que pudiera invitar un grupo tradicional de son. Cadencia antillana, zapateado muy español y en algunas ocasiones la música con cierta influencia árabe y de rock. No me asusta morir, solo lamentaría no poderte decir las cosas que me haces sentir para morir en paz, no me atormenta romper tu intimidad a cambio de saber que existo recordándote el día que deje de existir, se oye en una de las piezas que canta Ramón.  En verdad, fueron alrededor de una hora de ricas sonoridades, una velada elegante que las personas que llenaron por completo el foro de Casa Del Lago aplaudieron a rabiar, haciendo que el grupo se decidiera a echarse otra, y que fue El amanecer que es una de las clásicas del repertorio de Son de madera.

Aquí, dos ejemplos de su poesía:

De colores niña hermosa
la tierra te dibujó
Con la ciencia milagrosa
y un suspiro que surgió
De la escencia de una rosa.


Niña de mi alma
lucero hermoso 
de amanecer
Botón tiernito
donde la calma
te ha convertido 
en bella mujer 

*
Yo soy marinero
De amores y rimas,
Soy el aguacero
Entre la neblina
Claro jardinero
De la flor divina
Agua del venero
Que nunca termina.

Que nunca termina
Agua del venero,
De la flor divina
Claro Jardinero
Entre la neblina
Soy el aguacero
De amores y rimas
Yo soy marinero.



  



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